El aire que respiras: cómo la contaminación afecta a tu salud
El aire que respiras: cómo la contaminación afecta a tu salud
Temática: Artículos - Salud y Medio Ambiente -
¿Alguna vez has escuchado a alguien decir que necesita algo «como el aire que respira»? Todos los dichos tienen un origen. En este caso, nace de algo tan lógico para todos como que el aire es fundamental para la vida. Lo tenemos más que asumido, pero ¿sabemos exactamente qué tipo de aire necesitamos o para tener buena salud?
Como ya habrás visto, en Stay Healthy acabamos de publicar la nueva temática sobre Salud y Medioambiente que hemos preparado junto a DKV para aprender cómo los factores ambientales influyen en tu bienestar. Uno de ellos es la contaminación atmosférica, que afecta tanto a nuestra salud como al medioambiente y es provocada por fuentes de contaminación como el tráfico, la industria o la quema de combustibles fósiles.
Principalmente, la encontramos en las ciudades, donde nuestras actividades -comoir al colegio en coche o poner el aire acondicionado con mucha intensidad- emiten grandes cantidades de partículas finas, entre las que destacan el dióxido de nitrógeno y el dióxido de azufre, además del conocido dióxido de carbono. La mala calidad del aire, como indica el Observatorio DKV de Salud y Medioambiente, supone un verdadero desafío: no solo lo emitido por el tráfico sigue produciendo malos humos en toda Europa, sino que, además, contribuyen otras partículas que no debemos pasar por alto, como las que se generan a través de los frenos y neumáticos.
Es muy importante tener en cuenta cómo la contaminación atmosférica influye en nuestra salud. Así, una mala calidad del aire puede causar problemas respiratorios como el asma, la neumonía, la bronquitis o la Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC) -sí, la misma que genera el tabaco-, entre otros. Aquí va una cifra sorprendente: según el European Respiratory Journal, uno de cada diez casos de asma en menores de edad europeos puede prevenirse sólo con reducir los contaminantes del aire a los límites marcados por la Organización Mundial de la Salud.
Y nosotros, ¿podemos hacer algo para contrarrestar estos efectos en nuestra salud y en el planeta? ¡La respuesta es sí!
Esto es lo que puedes hacer
Existen muchas formas de cuidarnos y cuidar nuestro entorno. Párate un momento a pensar: ¿cuántos hábitos de tu rutina crees que podrías cambiar para que la calidad del aire mejore? Te damos unas pistas:
- Utiliza el transporte público, viaja en bicicleta o camina en vez de viajar en coche. Si necesitas utilizar un vehículo, intenta compartirlo con otras personas.
- ¿Tu casa tiene estufas o chimeneas de leña o carbón? Podéis utilizar alternativas más limpias, como la calefacción eléctrica o la de gas natural.
- Si alguna vez tú o tu familia utilizáis productos de limpieza y pinturas, intentad que no tengan disolventes. Emiten sustancias tóxicas que contribuyen a la contaminación del aire.
- Asegúrate de que tu casa tenga una buena ventilación. Ayuda a reducir los niveles de contaminación en el interior.
- Utiliza de manera racional el aire acondicionado y la calefacción.
- Recicla: así contribuyes a aprovechar los productos y a reducir las emisiones correspondientes a su producción.
- Crear zonas verdes en las ciudades ayuda a reducir los niveles de contaminación del aire y refrescar el ambiente. ¿Y si pones tu granito de arena construyendo un huerto urbano, poniendo plantas en el balcón o plantando un árbol en caso de que tengas jardín?
- No fumes. Además del impacto del tabaquismo en tu salud, como ya te hemos explicado, el humo de los cigarros también contamina y pueden provocar enfermedades en otros.
- Consume productos locales, porque estos habrán emitido mucho menos CO2 que los que compres en el supermercado. También puedes proponerte reducir el consumo de carne roja.
- Evita espacios cerrados o al aire libre con altos niveles de contaminación. Haz ejercicio físico en espacios naturales, aléjate del tráfico e incluso usa la mascarilla si crees que hay demasiada contaminación.
Todos deberíamos poder respirar aire sano, vivamos donde vivamos. Como en otros asuntos relacionados con nuestra salud, aquí también podemos aportar nuestro granito de arena transformando algunos hábitos que pueden contribuir a reducir la contaminación. Será un soplo de aire fresco para el planeta y, sobre todo, para nosotros.
¡Descarga la infografía haciendo click sobre la imagen y cuélgala en el corcho de clase!